jueves, 11 de octubre de 2012

Segunda mano


El señor a mi lado lleva un precioso sombrero borsalino negro, pero no se trata de un sombrero cualquiera, el suyo tiene la copa repleta de fascinantes historias. Si te fijas bien, puedes ver los bordes un poco desgastados y un pequeño agujero en la parte trasera. Por él, se entreoyen algunas de las aventuras pasadas que le relata a su nuevo dueño quien, perplejo, no deja de hacer todo tipo de divertidas muecas que confunden a su vez a la mujer de enfrente.
Al fondo, se ve como un hombre vestido de traje y corbata le pide encarecidamente disculpas a una señora mayor sentada a su lado. Al parecer, sus zapatos la pisan y repisan sin control, la señora furiosa observa con detenimiento el pie izquierdo y reconoce una pequeña mancha imborrable de gasolina. Recuerda el incidente de su difunto marido y sonríe con nostalgia.

Entonces, se abren las puertas y entra una preciosa pelirroja con su walkman, luciendo unas gafas de aviador. Una madre abre con orgullo su enorme bolso Pierre Cardin y de él salen varios playmobil. Un joven chico se pelea con su reloj que da las horas en Londres. Una niña recompone su libro de Los cinco.

El vintage o retro puede ser más que una moda en pleno consumismo y más que una penitencia en época de crisis. Puede ser una vuelta a ciertos valores. Puede ser una hermosa relación con el pasado, una mayor consciencia del presente. Lo supuestamente efímero vuelto imperecedero. Los Beatles sonando en el tocadiscos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario